Jugar no es sólo cosa de niños, jugar es para siempre o así debería ser.


¿Recuerdas cuando ibas de la mano de tus padres, y saltabas intentado no pisar las líneas de la acera? Estabas jugando.

Convertías una actividad cualquiera en un juego. Esto es algo que de pequeños hacemos sin querer, porque es instintivo. A medida que crecemos vamos perdiendo nuestra esencia, las presiones a las que diariamente somos sometidos, van poco a poco apagando esa mirada curiosa que todo lo convierte en estímulo.

El juego, la diversión y la alegría son ingredientes básicos para llevar una vida saludable . Te preguntarás que tendrá que ver todo esto con el esfuerzo o el entrenamiento Las principales características del juego son la tensión y la incertidumbre. La tensión nos hace estar alerta, bien despiertos, mientras que la incertidumbre nos produce curiosidad. Todo aquello que nos aleja de la rutina es estimulante, la novedad frente al aburrimiento de lo ya conocido. Cuando el juego se intensifica aumenta la tensión, y por ende la diversión. En ése punto el jugador se olvida de que está jugando. Si esto lo aplicamos a nuestros entrenamientos, convertiremos el sacrificio en un placer. Cuando pasamos un buen rato perdemos por completo la noción del tiempo. El juego puede perder su carácter lúdico cuando se convierte en algo totalmente serio y se mezcla con elementos cotidianos. Ocurre lo mismo en nuestro día a día, el gris se impone con la rutina. Sobre todo en grandes ciudades como Barcelona, dónde se hace más evidente que hay unas pautas a seguir. Semáforos, horas puntas, prisa, malas caras, sueño, atascos Por eso es vital que el entrenamiento sea divertido, olvidas que estás haciendo un esfuerzo, ya que prácticamente te sale sólo. Si lo convertimos en algo rutinario pierde la gracia, y en consecuencia disminuye nuestro interés y la motivación. Cada día es un reto, y nos encantan los retos.

La competición es más que sana:
Es una lucha que no tiene finalidad concreta, sólo le importa a los jugadores y si los hay a los posibles espectadores. Lo más importante del juego no es el premio, sino el reconocimiento de haber hecho algo bien. Ganar, lograr una meta que nos hemos propuesto es muy gratificante, a nivel individual en primer grado. Ya que nos proporciona bienestar con nosotros mismos. Y cuando uno experimenta éste éxito propio, se exterioriza y se transmite a la comunidad. El prestigio y el honor que representa ganar son valores que no solo benefician al individuo sino que también benefician al grupo. El reconocimiento y la admiración es en el juego la recompensa por el trabajo y el esfuerzo realizados.

TIPS

Crea tu playlist con ésas canciones que te hacen saltar y gritar de alegría, no importa que sean frikis o del siglo pasado, todos tenemos un lado oscuro! Compíte! aunque sea en secreto. Elige a tu rival y trata de superarlo. Si vas en bicicleta al trabajo, intenta atrapar al listillo que te ha pasado en el semáforo. O en el gimnasio, fíjate cuánto tiempo lleva corriendo el de al lado y trata de correr un poco más te reirás por dentro si lo consigues. Y si no, no pasa nada, la próxima vez seguro que lo logras. Inventa! Coge tu película favorita e invéntate una escena inédita , obviamente eres el/la prota y la acción transcurre durante el entrenamiento vámos que hay cámaras grabándote y tienes que dar la talla!
Un ejemplo curioso:
Stephen Lund ?ste canadiense sí que sabe divertirse. Dale un GPS y una bici y te hace éstas maravillas de dibujos. Ha convertido su rutina de pedalear en un proyecto artístico muy interesante.
Hagas lo que hagas diviértete! No hay más secretos. Cuando disfrutas de lo que haces hasta el último poro de tu piel lo transmite.


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